En los últimos tiempos, la peluquería canina se convirtió en una práctica en expansión; sin embargo, “el animal puede ser lastimado o llegar a morir por un baño o corte mal hecho”, aseguró el veterinario Ricardo González, quien añadió: “es necesario tener en cuenta la situación específica de cada mascota”.
Fuente: Aim/Argentina

Aim/Argentina, 4/07/2010. En diálogo con esta Agencia, González explicó que “la peluquería canina se convirtió en una práctica en expansión y, si bien muchas veces se tiende a priorizar la moda, se debe entender que el pelaje del animal es diferente al de la persona”.

Asimismo, “es necesario que los lugares estén supervisadas por un veterinario”, advirtió y resaltó: “es común que los accidentes ocurran en donde no hay especialistas”.

Generalmente, “usan sujetadores y sedantes, pero medicarlos sin la atención de un profesional y sin conocer la historia clínica de la mascota puede producir más daños que beneficios; además, muchos animales son viejos o tienen alguna patología”. De ese modo, “puede ser lastimado o llegar a morir por un baño o corte mal hecho”, lamentó el veterinario a AIM.

El corte y el baño “no son algo estético, sino parte de la salud”, por eso “deben ser controlados por veterinarios responsables”. También se tienen que “usar los elementos adecuados, ya sean las máquinas, las cuchillas o las tijeras”. En ese sentido, “se requiere un conocimiento particular del animal, porque si es alérgico es probable que se brote”.

Cada animal “necesita un baño y corte diferente, por lo que es necesario tener en cuenta la situación específica de cada uno”, dijo y aclaró: “no se deben usar elementos para humanos; hay que utilizar las herramientas específicas según la necesidad”.

Además, “existen cortes para cada raza y, generalmente, no se les hace el cuidado correspondiente que tenga en cuenta a la mascota y a la situación familiar”.

Las peluquerías caninas son un ámbito de animales; entonces, “es condición contar con el plan sanitario al día, ya que no sólo se pueden contagiar ente los animales, sino trasmitir infecciones a las personas”.

Los elementos “tienen que ser higienizados y desinfectados”. Mientras tanto, “un médico veterinario debe responder por lo que sucede en el lugar y el dueño tiene que tener acceso y ver cómo tratan al animal”.

En caso que haya un accidente y la mascota resulte lastimada, “debe ser vista de inmediato por el veterinario y se tiene que informar y explicar al dueño lo sucedido”. En tanto, los adhesivos instantáneos “se utilizan cada vez menos, ya que constituye un acto médico y se usa en cirugías”.

Denuncias
La semana pasada, “lleve mi perro a una peluquería canina de Paraná ubicada en la esquina de calles Courreges y Paraguay; al otro día comenzó a rascarse y lastimarse. Cuando lo llevo al veterinario, me dice que lo habían cortado y pegado con el adhesivo instantáneo”, denunció a AIM Andrea R., clienta frecuente del lugar.

Al respecto, sostuvo: “el veterinario me dijo que no sólo le habían sellado la herida con el pegamento –realizando una microsutura- sino que lo habían hecho mal, provocando una infección”. Además, “el problema fue que en la peluquería no me avisaron del accidente”, sentenció.

“Los llamé para quejarme y me devolvieron solamente el dinero del gasto del veterinario, porque, según ellos, el trabajo estaba hecho”, apuntó la damnificada.